La implantología oral ha transformado la calidad de vida de los pacientes mayores, especialmente mediante prótesis implantosoportadas fijas que mejoran la masticación, la estética y la función. Sin embargo, recientes estudios advierten que la recuperación funcional no siempre se traduce en una mejora nutricional real.
Evidencia científica reciente
Un estudio comparativo publicado en Frontiers in Nutrition (2024) evaluó el estado nutricional de adultos mayores portadores de prótesis implantosoportadas frente a controles con dentición natural. Los hallazgos fueron reveladores:
• Los pacientes con prótesis presentaron menor variedad alimentaria, con menor ingesta de frutas.
• Se observó un índice de masa corporal (IMC) más elevado en este grupo.
• Presentaron un mayor riesgo nutricional según la escala SCREEN-14 en comparación con los controles con dentición natural.
🔗 Referencia: Frontiers in Nutrition, 2024
Enfoque integral del paciente implantológico
En Spainlab creemos firmemente en la importancia de abordar al paciente desde una perspectiva integral. No basta con devolverle la función masticatoria mediante la cirugía: debemos dedicar en clínica un tiempo a educar y acompañar en la adopción de nuevos hábitos de salud.
Uno de los mayores logros de la implantología es que el paciente puede volver a alimentarse adecuadamente. Este hito debe aprovecharse para orientar a que esa alimentación sea de la mejor calidad posible, incorporando herramientas claras como nuestra guía “Nueva Sonrisa, Nuevos Hábitos”, que facilita pautas nutricionales prácticas y personalizadas.
La evidencia científica respalda que la nutrición adecuada y el ejercicio de fuerza son determinantes en la longevidad y la calidad de vida:
• La práctica regular de ejercicio de fuerza en mayores de 45-50 años se asocia con una reducción del 10 al 17% en la mortalidad por todas las causas, y con menor incidencia de enfermedades crónicas como osteoporosis, diabetes y sarcopenia (Westcott, 2012; Saavedra et al., 2021).
• Una dieta rica en proteínas de calidad, micronutrientes (Vitamina D, Magnesio, Calcio, Vitamina C) y baja en ultraprocesados contribuye a la osteointegración de los implantes y a la prevención de complicaciones periimplantarias (Schimmel et al., 2018; Dimitriou et al., 2019).
• Estudios longitudinales muestran que adoptar hábitos saludables de alimentación y ejercicio puede prolongar la esperanza de vida en más de 10 años y mejorar de forma significativa la calidad de esos años vividos (Li et al., 2018).
Por tanto, si conseguimos que nuestros pacientes adopten estas recomendaciones y las mantengan en el tiempo, no solo preservarán la salud de sus implantes, sino que podrán vivir de media 10 años más, con una calidad de vida mucho mejor.
Esto es posible gracias a la combinación de:
• Nuestra intervención en clínica,
• La suplementación con Osteoimplant®,
• Y el acompañamiento nutricional y de hábitos que diferencia nuestro trabajo.